VIDEODROME
"La tecnología es una extensión de nosotros mismos. Los medios de comunicación se han ido convirtiendo en extensiones de nuestros cuerpos. La TV es una extensión de nuestros ojos e internet de la mente." Mc. Luhan

Con esta cita Marshall Mcluhan podemos introducirnos en la posición filosófica del film. Primero tenemos a un productor que cree que puede exhibir como producto de entretenimiento un contenido altamente violento, y aún peor, aparentemente real. Para él, disfrutar de esos contenidos únicamente sería una especie de catarsis que no tendría que ver con las acciones del sujeto consumidor. Sin embargo, el film termina proporcionándonos algo mucho más complejo que el simple hecho de transmitir material gore en vivo. Se trata de un material gore producido por las alucinaciones de quienes se sumergen en el consumo de este videodrome: “Los ojos son las ventanas del alma”. El alma o en todo caso la voluntad del espectador se termina alimentando con imágenes que están siendo alteradas por mentes que están por encima de los consumidores. Son mentes que se dedican a producir imágenes que alteran la percepción de la realidad y la configuran según lo que el espectador consume. Podríamos entonces decir que, cuando Max se sumerge en el videodrome y es parte de lo que se realiza en el; y a su vez sale del videodrome y alucina con estas extensiones ajenas al cuerpo, se trata simplemente de la representación visual de lo que en la realidad sucede entre nosotros los espectadores y los medios de comunicación y entretenimiento.
El ser humano actualmente no sólo depende de los medios de comunicación por lo que significa como tecnología comunicativa, sino que depende como parte de su corporeidad. Por ejemplo: el contenido informativo en internet. Las personas cada vez pierden la capacidad de memorizar ciertos acontecimientos históricos porque siempre pueden acudir a internet. Es decir, nuestra memoria ahora es google.
Por otro lado, las redes sociales se han vuelto una extensión de nuestra realidad y ´por ende de nuestro cuerpo. Un mensaje de felicitación por cumpleaños reemplaza a una visita personal que implique un contacto físico como un abrazo. Así también cuando hablamos de una extensión de nuestros ojos, hablamos sobre lo que vemos superficialmente y no con nuestro ojos reales.
Los casos comprobados en los que el cerebro del consumidor se ha visto modificado son en los casos del consumo de pornografía. Primero, el cerebro recicla imágenes que modifican la región cerebral del placer, exigiéndole al individuo cada vez recurrir a imágenes mucho más potentes. Eso si nos enfocamos únicamente al poder de las imágenes, pero también en cuanto a la conciencia de esa realidad. Muchos consumidores no ven más allá de la realidad puesta en escena (abusos sexuales, maltrato físico, prostitución).
Lo mismo ocurre con las imágenes gore. Hoy en día es común la propaganda mediática sobre la violencia extrema en películas de la industria del cine, y también es común que muchas personas se sientan atraídas por los videos e imágenes que en las redes o en internet circulan para “concientizar”; tales son los casos de los videos de las decapitaciones en Medio Oriente, y para ir más lejos, la llamada Deep Web, donde el espectador puede encontrar las imágenes más terribles ocurridas a personas reales. Con todo, el consumo no solo nos vuelve espectadores, nos transforma. Transforma la sensibilidad ante ciertas imágenes, nos conduce a nuevas actitudes o hacia nuevos miedos.
Al igual que la película, la sociedad está inmersa en esa realidad que no existe pero que a su vez se puede convertir en real, que de hecho se convierte en real cada vez que la consumimos. Las pantallas se vuelven nuestros ojos, y lo ven casi todo, pero desde esa posición sistemática de la programación, que a su vez nos conduce a la programación mental. Y eso no solo se puede dilucidar en los casos mórbidos como la pornografía o el gore, sino también en el consumo de una cultura específica. El internet es nuestra mente, y si el internet sale de la pc para anidar en nuestra mente muy pronto su contenido será la extensión de nuestras actitudes, nuestras preferencias, nuestra identidad.
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